Dicen alguna gente que mazapán tiene su origen en Toledo, y otra que lo tiene en Italia. Preferimos centrarnos en la versión sobre Toledo. Según leyenda, las monjas de Toledo lo inventaron, cuando había un escasez de trigo. Necesitaron encontrar otra fuente de comida, entonces usaron almendras. Hoy todavía lo hacen ellas. Muchas tiendas también venden mazapán, pero creemos que lo mejor es él de las monjas.
La primera cosa que hicimos después de pasar por la muralla de Toledo fue comprar un mazapán de una pequeña tienda de alimentación. Fue un pedazo con forma de media luna. A mí, Matt, me gustó, pero a Gaby no. Tuvo una textura muy pestosa, como la masa de galletas. El mazapán que hemos probado en los Estado Unidos tiene más sabor de almendra, y la textura es un poco más desmenuzable. Estamos de acuerdo que pudimos encontrar algo mejor.
Después de caminar por la ciudad, de ver la bonita Catedral de Santa María y la Puente de San Martín, llegamos a Convento de San Antonio a Padua. Hablamos con una de las monjas, y la preguntamos si pudiéramos sacar una foto con ella, pero nos dijo que está prohibido. Compramos una caja de mazapán y comenzamos a comer.
Y ¡por fin! el mazapán nos gustó muchísimo. La textura fue perfecta, como un queso suave, pero más dulce. Fue tan delicioso que Gaby les compró una otra caja para sus padres. ¡La mission fue un succeso! Hasta el proximo blog!
P.D. Habrá entrevistas en las semanas que vienen.
